La compañía de Canarias, The Canary Company fue creada en Inglaterra en 1665 con la
intención de conseguir el monopolio del comercio del vino procedente de las
Islas Canarias.
Después de las interrupciones comerciales entre España e Inglaterra a
raíz de la guerra entre ambos en 1655, había disminuido notablemente la
producción de azúcar en las islas, entre otras circunstancias por la
competencia de los nuevos países productores. Una vez terminada la guerra, el
vino de Canarias aumento su precio en el mercado inglés. Es por lo que se
plantea la creación de una compañía que comercializara todo el vino de
procedencia canaria, con lo que se abarataria la producción. El descontento entre los productores isleños y los conflictos que generó la hicieron desaparecer en 1667.
Por el interés que tiene en el comercio del vino con Inglaterra, ahondemos en las características de esta compañía.
A continuación artículo sobre la Compañía de Canarias que figura en Wikipedia y reproducción de un artículo sobre la compañía en la Revista de Historia de Inglaterra.
La Compañía de Canarias (Canary Company) fue una compañía
privilegiada inglesa fundada en 1665 con el objetivo de adquirir a bajo precio vinos de Canarias
estableciendo un monopolio sobre el comercio con las islas. Las
reticencias de las autoridades canarias a negociar con la compañía, la
oposición de los comerciantes ingleses ajenos a ésta y la ilegalidad de su
condición monopolística llevaron a su desaparición en 1667.
El comercio entre España e Inglaterra se había visto interrumpido por la guerra
anglo-española de 1655, en la que la república bajo el liderazgo de Oliver
Cromwell se había visto enfrentada a la España de Felipe IV. La
guerra, y la interrupción del comercio entre ambos países, había terminado en
1660 con la restauración de Carlos II en el trono de Inglaterra.
La producción y exportación de azúcar, que durante el siglo XVI
había sido la base de la economía canaria, fue decayendo a medida que aumentaba
la llegada a Europa del azúcar proveniente de las Indias occidentales; a lo
largo del siglo XVII las islas encontraron un sustitutivo económico en la
producción de malvasía, que en Inglaterra y sus colonias era ampliamente
apreciada y demandada. Sin embargo, al terminar la guerra, el vino canario
había aumentado fuertemente su valor en Inglaterra, doblando su precio en el
periodo 1640-1660. Con el fin de conseguir una sustanciosa rebaja en la compra
de este producto, los comerciantes ingleses propusieron al parlamento que se
restringiera el negocio de la importación de vino a un reducido grupo de ellos:
limitando el comercio del vino a una única empresa inglesa sería posible pactar
los precios para forzar a los productores canarios a bajarlos.
El 17 de marzo de 1665 Carlos II otorgó la patente real para la instauración de la nueva
corporación, llamada originalmente Governour and Company of Merchants
trading to the Canary Islands, o más popularmente Canary Company. La
compañía estaba presidida por un gobernador y un teniente de gobernador
elegidos por votación, y estaba formada por 71 comerciantes londinenses con
licencia para importar anualmente mercancías por valor de 1.000 libras
esterlinas durante siete años. Tanto las aportaciones económicas como las existencias
serían gestionadas en un fondo común. Su primer gobernador fue Arthur Ingram.
Aunque el objetivo principal de la compañía era el vino, comerciaron con
otro tipo de géneros, introduciendo en Canarias laurel, pescado salado, grano,
ropa y textiles manufacturados, productos de Noruega, duelas de barril o herramientas, y
extrayendo madera, cuero, índigo y cochinilla.
Reacción en Canarias: el derrame del
vino
Texto en la Revista de Historia de Inglaterra sobre la Compañía de Canarias |
Los procedimientos ingleses contaron con el apoyo del gobernador y capitán
general de las islas, pero no tuvieron buena acogida entre los ayuntamientos
canarios y los oidores de la Real Audiencia de Canarias, que
ordenaron la expulsión de los agentes comerciales ingleses y prohibieron a los
cosecheros vender vino a la compañía.6 Los viticultores se manifestaron
violentamente en contra de esta disposición: en agosto de 1666, ante la imposibilidad
de vender la mercancía almacenada a los ingleses, los productores de Garachico
optaron por destruir la cosecha, en un episodio conocido como el "derrame
del vino", que requirió la intervención del capitán general Gabriel
Lasso de la Vega, quien pacificó los ánimos con una demostración de fuerza
de sus tercios.
Para solventar las desavenencias, en agosto de 1667 llegó a Canarias Lorenzo
Santos de San Pedro, comisionado por la corte bajo la regencia de Mariana de Austria. Santos consiguió ajustar un acuerdo entre las
partes, que incluía la libertad de los canarios para vender su vino a un precio
fijado entre 45 y 55 ducados la pipa (450 litros), la obligación
de los comerciantes ingleses de fijar los precios de sus productos y la
disolución de la Compañía de Canarias. El ajuste fue aprobado por la corte de
Madrid en febrero de 1668.
Sin embargo, en Inglaterra no fue necesario esperar tanto para disolver la
compañía: las dificultades que había experimentado en su corta vida, el fracaso
en los objetivos planteados en su fundación, las protestas de los comerciantes
ingleses que habían quedado fuera de la corporación y la consideración que de
ilegal y perjudicial para Inglaterra tenía cualquier clase de monopolio,
aconsejaron su disolución. El 18 de septiembre de 1667 Carlos II retiró a la
Compañía de Canarias los privilegios de exclusividad otorgados en la patente
real de 1665.
La desaparición de la compañía supuso el comienzo del declive de la
exportación de vino canario, que se vio agravada en 1668 cuando Carlos II,
casado con la infanta portuguesa Catalina de Braganza, prohibió la
importación de vinos canarios a Inglaterra, en beneficio de los vinos
portugueses.
Adicionalmente, en el proceso llevado a cabo en noviembre de 1667 contra el
canciller inglés Edward Hyde, una de las acusaciones fue la de haber
recibido sobornos para conseguir la aprobación de la fundación de la compañía.